La “megalópolis” podrida

Es claro que México como país, está sufriendo.

Es evidente que estamos gobernados por gente que, en el mejor de los casos y como dijeran en el otrora Servicio a la Comunidad de Canal 5, “padecen de sus facultades mentales”.

Para muestra están: Javier Duarte en Veracruz, estado con el mayor número de periodistas asesinados; Héctor Astudillo en Guerrero, y su plantío de amapola medicinal, o Francisco Domínguez en Querétaro, usando patrullas para que lo lleven al súper…

Ni hablemos ya del “Bronco” o Eruviel.

En realidad, no hay a quién irle. Estamos todos sumidos en la porquería.
Pero yo vivo en la siempre caótica y nunca bien aplaudida, CDMX. Es del lugar que más opiniones tengo, pues en ella vivo y sufro. Unos días mucho, otros, mas.
Y es que yo estoy segura que es aquí donde mas nos hemos castigado solos, con los gobiernos putrefactos del PRD, que no han ayudado en absolutamente nada.

Y en particular, el de Miguel Ángel Mancera. Sin lugar a dudas, la demostración mas patética de alguien que nada tenía que hacer en un puesto de funcionario público. Y de alguien que debería estar repitiendo la primaria.

Gracias a él, tenemos taxis rosas y una semi funcional Línea 12 del Metro, sin que aún haya culpables de la pésima construcción, la destrucción y por ende, el fracaso rotundo de una inversión de 47 mil millones de pesos. Nadie es culpable de haber otorgado una obra de ese tamaño a gente que no fue capaz de construir una estructura que soportara los trenes? Que seguramente debe ser el capítulo 2 de cómo construir un metro.

También tenemos cientos y cientos de marchas que ahorcan a la urbe, una y otra vez. Cuando el que se supone que nos gobierna, había declarado que no permitiría que nuestros derechos de libre circulación siguieran siendo coartados.

Tenemos eventos como el asesinato múltiple en la Colonia Narvarte, el cual ya se cerró, y nadie supo quién fue el culpable. Aparentemente, esos personajes merecían ser asesinados por tomar cerveza y cocaína “In a school night”, a pesar de ser adultos que trabajaban.
El punto es que nadie sabe, para variar, que fue de esa historia. Y seguramente, veremos algo muy similar con la historia de “Lord Ferrari”.

Ahí está también el Nuevo Reglamento de Tránsito, el cual también debió haber sido escrito por un fulano que jamás en su vida ha manejado ni un carrito de elotes.
Los límites de velocidad son risibles, las multas y las fotomultas, otra muestra  descarada de la corrupción del gobierno y la policía; las ciclopistas que son trampas mortales de la ciudad, no sólo para los que manejamos, sino también para los de las bicis.
Lo mejor es que el 3 veces H Reglamento contempla reglas y multas para transporte público y de carga, que jamás en la vida veremos aplicadas, porque esa gente se pasa el sacrosanto librito por el arco del triunfo, sin siquiera despeinarse. No hay un policía, o “un valiente” como diría mi abuelita, que meta a esa gente en cintura. Mucho menos el crío llorón que tenemos por “Gobernador”.

Y como siempre, llegamos al punto donde en México, sólo se solucionan las consecuencias y no la fuente del problema.
Nos ahorraríamos una cantidad de problemas bestiales si arregláramos los problemas desde su raíz. En el caso del Reglamento de Tránsito, se trata de darle educación vial verdadera a la gente, desde las casas, desde las escuelas, haciendo exámenes de manejo teórico-prácticos; haciéndole entender a la gente que el orden reduciría el tráfico considerablemente y no el creer que se es mas listo al meterse en una fila y detener la circulación.

Otro fantástico ejemplo de estas medidas a medias, es el Hoy No Circula de la Comisión de la Megalópolis.
Ya habían determinado que los coches viejos debían circular menos; luego decidieron que si estaban en buenas condiciones, podían circular, y entonces aumentaron nuevamente la cantidad de coches circulando todos los días.
Añadan a esta exitosa determinación, las cuatro mil obras que hay que hacer al mismo tiempo por toda la ciudad, y el reglamento estúpido, tienes la combinación del infierno.
Todo esto aunado a que no hay horario para que trailers y transporte de carga, se muevan por la ciudad, contaminando sin fin, porque a esos no les aplica el No Circula a pesar de que uno puede ver el humo negro saliendo de sus escapes, a todas las horas del día, todos los días.

Claro, claro que se presentó la Precontingencia. Claro que estábamos en estado de alerta, porque el aire estaba ultra contaminado. Y la respuesta de nuestro fantástico líder fue culpar al Gobernador del Estado de México, al de Puebla, al De Tlaxcala y a todos los de la megalópolis. Aquello parecía un kinder, todos llorando y acusándose con la Miss Peña Nieto.
Y la Miss, como está muy ocupada en tapar sus corruptelas de las casas blancas con su compadre de HIGA, no tiene tiempo para berrinches, así que los obligó a “pegarlas”con el Secretario de Medio Ambiente como representante de La Miss.

El punto es que hoy, ya nos amenazaron que durante tres meses, todos los coches, sin importar el Holograma, no circularán el día que por color y número de placa, corresponda.

Y eso nos lleva a la primera serie de preguntas retóricas: Entonces, ¿Para qué carajos sirve el mentado No Circula? ¿Para qué pagamos, a regañadientes cada 6 meses, casi $500 por que nos aseguren que el coche puede circular todos los días? Mientras que mi coche no circule todo los días, como su holograma 0 prometió, ¿pagaré menos verificaciones?

Tengo otras mejores: Nosotros pagamos religiosamente la verificación, hacemos las citas y las filas, y le hacemos servicio a los coches, para que no nos ponga peros “el jefazo” del verificentro. Todo este proceso, de alguna manera asegura que nuestros coches están en perfecto estado.
Y a todos esos trailers, transportes públicos, transportes de carga, incluso al glorioso Metrobus, que llenan el aire con sus emisiones humeantes negras todo el tiempo, ¿no hay quién los verifique? ¿No hay quién les cobre por mantener las unidades en buen estado?
¿No serán ACASO éstos los que mayor contaminación producen?

¿No habría que asegurarse de que las condiciones de las fábricas en Naucalpan, Vallejo, Cuautitlán, Tultitlán y demás zonas industriales, sean las adecuadas?

Ni siquiera es sentido común, es un caso de silogismo de lógica, el más básico.

Y aún así, ya nos veo, padeciendo el viacrusis de los tres meses, siguiendo la estupidez de esta regla. OBVIAMENTE, los niveles de contaminación disminuirán. Es lo lógico, pues la cantidad de coches circulando diariamente no es la real.
¿Cuál va a ser la medida después de ese mágico descubrimiento?

La gente tiene que seguir circulando, no sólo porque pueden, sino porque el transporte público es deficiente, ineficiente, insuficiente y no llega a todas las partes de la ciudad.
¿Hasta dónde tiene que llegar la negligencia y la estupidez de este Gobierno, y sus soluciones que no lo son?

Les sugiero que empecemos por realmente trabajar con el reciclaje y el reuso.
Usar menos el coche, cuando realmente puede suceder.
Y por dios, dejar de votar por el mas imbécil de la cuadra.

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